Yolanda Coello
Re-enamórate de tu hogar este San Valentín
Nuestra casa ocupa un lugar muy importante en nuestras vidas. Además del evidente papel funcional que desempeña, tiene un gran componente emocional, pues es el lugar donde empiezan y acaban cada uno de nuestros días. Donde reímos y queremos, donde también lloramos y discutimos. En definitiva, donde vivimos...
¿Recuerdas el primer día que la viste?
Ese momento en el que pisaste tu casa por primera vez. ¡El flechazo! Te imaginaste en ella, compartiendo una cena con amigos, pasando un domingo de peli y manta o preparando una comida para intentar sorprender a alguien muy especial.
Con el paso del tiempo, ese flechazo y planes de futuro se dan de bruces con la realidad. La falta de tiempo o recursos hace que aparquemos diferentes proyectos que tenemos en mente para hacer de ella un espacio si cabe más especial, más saludable. Un lugar, lleno de vida y confort, donde seguir fabricando recuerdos y sueños entre cuatro paredes.
Puede ser que nos hayamos desencantado después de años de roces y desencuentros, pero si la redescubrimos de nuevo, limamos aquellos detalles que han hecho que la relación no sea tan perfecta como el primer día y, sobre todo, le sacamos todo el potencial que tiene, podremos hacer que nuestro corazón lata por ella de nuevo. Recupera esas ideas pendientes porque quizá hoy, en un día tan especial como el de San Valentín, haya llegado el momento de volver a enamorarte de tu casa. Si estás dispuesto o dispuesta a afrontar esa reforma, no te olvides de estos tres elementos:
Deja entrar la luz en tu vida. Nuestro hogar puede ser una fuente de bienestar y confort si lo llenamos de luz natural. De hecho, se ha comprobado científicamente que la luz natural estabiliza nuestra serotonina y desencadena endorfinas que nos hacen ser más felices, así como ayuda a nuestro reloj biológico a funcionar de manera más eficiente, mejorando nuestro sueño y productividad.
Llénala de aire fresco. Pasamos un gran número de horas en ambientes cargados y poco ventilados y no somos conscientes de los riesgos asociados a esta forma de vida.
Apuesta por soluciones prácticas y cómodas. Cuando se trata de crear estancias idóneas en las que vivir, la practicidad es, a menudo, fundamental. Debemos considerar el diseño de una habitación en conjunto, desde el tamaño hasta la ubicación de los muebles, a la hora de garantizar la máxima comodidad, usabilidad y salubridad del espacio. Por ejemplo, acerca espacios de trabajo o lectura a lugares con incidencia de luz natural.
Juega con la luz, la ventilación y la comodidad, y crea esos nuevos lugares donde sin duda tú y tus seres queridos seguiréis disfrutando de momentos únicos. Re-enamórate de tu hogar.