El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud y alzamos la voz, una vez más, para manifestar la necesidad de construir viviendas que prioricen los parámetros de confort, energía y medio ambiente, garantizando a sus habitantes una calidad de vida y de salud óptimas. Los edificios envejecidos traen consigo una serie de deficientes energéticas que repercuten en la salud de sus inquilinos, provocando problemas respiratorios, alergias o enfermedades en la piel.
Yolanda Coello
Aprovechado así esta efeméride queremos compartir con vosotros el proyecto RenovActive que llevamos a cabo en 2016 en una urbanización de viviendas sociales situada en el municipio belga de Anderlecht, en la periferia de Bruselas (Bélgica). Un caso que demuestra cómo los conceptos de renovación pueden ser asequibles, ampliables y fáciles de reproducir y pone de manifiesto cómo la rehabilitación garantiza la eficiencia energética de una vivienda, mejora el confort y la salud de sus inquilinos, y que además este proceso no tiene por qué ser excesivamente caro.
La casa escogida fue una vivienda social del municipio belga de Anderlecht, situada en la periferia de Bruselas, que carecía de aislamiento y de calefacción. Construida en la década de 1920, parte de ella estaba en ruinas. Se incorporaron ventanas de tejado VELUX en el ático y resto de habitaciones para facilitar la entrada de luz natural y la ventilación de la vivienda, evitando el sobrecalentamiento y asegurando altos niveles de iluminación natural. Para contribuir a la refrigeración de las estancias se incluyeron respiraderos.
Se implementó un sistema de ventilación híbrido, para automatizar la apertura y cierre de ventanas, y un sistema de control solar dinámico para garantizar eficiencia energética y temperaturas de confort en cualquier época del año. Los huecos orientados a sur y oeste se equiparon con dispositivos móviles exteriores para reducir el sobrecalentamiento y dispositivos interiores para mejorar el confort visual.
Además, se mejoró la envolvente térmica, al aislar muros y cubierta, y se construyó un anexo de 15 m2 conectado por la cocina, diseñado para proporcionar la entrada de luz, el contacto con el exterior y la naturaleza y una distribución idónea.
Los resultados fueron muy positivos:
- Incrementar la superficie acristalada aumentó la cantidad y calidad de la luz natural que entraba a la vivienda, asegurando un ambiente interior más cómodo y saludable.
- El aire interior pasó a ser de gran calidad. Los niveles de CO2 se mantuvieron por debajo de las 1.150 ppm en las estancias principales gracias a la ventilación natural controlada.
- Se garantizó el confort térmico en cualquier época del año, situándose la temperatura por debajo de los 26ºC en verano. Además, los costes de climatización se redujeron en un 85%.
- La salud de las personas que habitaban la casa también mejoró: su calidad de sueño se incrementó, caían enfermos con menor frecuencia y el consumo familiar de medicamentos disminuyó.
Ante el éxito del primer proyecto RenovActive, Le Foyer Anderlechtois, empresa local de viviendas sociales que rehabilitaba este tipo de edificios, decidió rehabilitar 86 hogares más de su portfolio implementando los requisitos del proyecto: clima interior, coste asequible, rendimiento energético y posibilidad de réplica en un futuro.
